FOTO: Ocaso en CenecoAgro- Venezuela
Tierra de bondades
Tierras crepusculares de sol ardiente,
que alimentan a sus pobladores,
donde crecen cocuizas y semerucos,
que refugian al cardenal,
de iguanas retozando en cujies
y abejas ocultas en cotoperiz.
Aguas conservadas en el cardonal,
minúsculas hojas y espinas evitan tu sed.
Sobre tu piel suaves musgos,
minúsculos helechos,
que alimentan y protegen del sufrimiento.
En tu lecho reposan recuerdo,
enseñas la historia de alfareros
que nos habla de tus bondades.
Miles de conejos y venados entregaste,
que bajo humo o cristales conservaron.
Con abundantes mayas, datos y lefarias,
sus corazones endulzaste.
Con verdes zumos cuerpos sanaste,
en estatuillas tus colores se quedaron.
Construiste vivendas y sus establos,
de maderas fuertes e incomparables.
Ébanos y veras se transformaron
en espíritus que sales al paso,
del visitante a recordarte.
Arañazos continuos te han herido,
espacios hermosos te han violado,
cada mano un pedazo de ti ha tomado.
Pero hoy se juntan para tu cuidado,
armas sabias tus pobladores han creado,
porque mantenerse en tu vientre han pensado.
Rayen, 2004
Tierras crepusculares de sol ardiente,
que alimentan a sus pobladores,
donde crecen cocuizas y semerucos,
que refugian al cardenal,
de iguanas retozando en cujies
y abejas ocultas en cotoperiz.
Aguas conservadas en el cardonal,
minúsculas hojas y espinas evitan tu sed.
Sobre tu piel suaves musgos,
minúsculos helechos,
que alimentan y protegen del sufrimiento.
En tu lecho reposan recuerdo,
enseñas la historia de alfareros
que nos habla de tus bondades.
Miles de conejos y venados entregaste,
que bajo humo o cristales conservaron.
Con abundantes mayas, datos y lefarias,
sus corazones endulzaste.
Con verdes zumos cuerpos sanaste,
en estatuillas tus colores se quedaron.
Construiste vivendas y sus establos,
de maderas fuertes e incomparables.
Ébanos y veras se transformaron
en espíritus que sales al paso,
del visitante a recordarte.
Arañazos continuos te han herido,
espacios hermosos te han violado,
cada mano un pedazo de ti ha tomado.
Pero hoy se juntan para tu cuidado,
armas sabias tus pobladores han creado,
porque mantenerse en tu vientre han pensado.
Rayen, 2004